21.12.06

J’habitait à la Rive Gauche

Lo único bueno que veo
en la izquierda últimamente
es que me sirve para escribir
y para otras cosas menos nobles.

16.12.06

Lo que aveces se cuenta

Con unas amigas al bar escondido.

Dos burritos y una chalupa, dos birras y una gin, dos maes por ahí, y una secreta chica por allá.

Me levanté para ver algo que no pude ver, en el intento palabras y algo más que palabras. Mensaje recibido.

Al día siguiente todo como si nada.

13.12.06

A feira

Toldos y puestos varios, tinta china, semillas, chemas clítoris, xilografías, cerámica, aretes, pulseras, fotos.
Sobre el pasto (como tantos otros) un amigo y su madre mosrtando y vendiendo un poco del arte que ella hace.
Me senté, un buen rato de conversación: el chivo del jueves,
el sonido, los apodos, amigos comunes, aquellos tiempos,
la U y sus inexplicables cosas, la ropa de trabajo.
Un tufo a "papas fritas industrializadas" (palabras precisas por

parte de la madre artesana de mi amigo) nos alcanza. La chica de las papas se sintió incómoda y se metió bajo el toldo de en frente, donde estába su puesto asignado.
"¿Uds pagaron por el puesto?" dijo la chica de las papas.
Respuesta negativa. Se ausentó un rato, regresó a su puesto,
llegó una mujer acompañada de un barbudo
a decirnos que no podíamos estar ahí, mi amigo y yo le explicamos que ese era un lugar público (porque la U es pública ¿no?) y que no se tenía ni mesita, ni toldo, se estaba sobre el pasto. La señora insitió con su idea de que para vender había que pagar la inscripción. Mi amigo dijo que entonces no iban a vender, y quitó el papelito con el precio, "ahora sólo estamos mostrando", la mujer, como era de esperarse, dijo "no se puede mostrar, en la U no se puede hacer eso ni aquí ni en ningún lado, se requiere permiso, sin él los oficiales de seguridad pueden echarlos, y si no levantan esto ya los vamos a llamar, esto es organizado por la U", mi amigo:"pero
yo estudio y trabajo aquí", yo: "yo también trabajo aquí, además hay mucha gente aquí que no es de la U".
Pedimos que nos enseñara el reglamento donde dice que uno no puede mostrar lo que hace. "El reglamento lo dice" nos contó la mujer.
Llegó otra mujer, señora diría yo, nos fue presentada como la licenciada X y algunos
otros títulos y honores que nos daban a enteder que esa señora, vestida para la ocasión (falda, sin brasier, blusa escotada y ligeramente transparente), tenía todo el poder que alguien puede tener.
La licenciada x nos dijo que ahí no se podía estar, "debieron haber pagado los pinches cincomil colones que costaba la inscripción, si quieren pueden ir a vender eso por la biblioteca o donde sea en la U menos aquí".
Mi amigo y su madre levantaron las cosas, fui con ellos a la parte donde venden la comida, luego, aún yo con ellos, se encontraron con unos conocidos. La señora, ya con algún temor, abrió su bolso para mostrar a sus amigos su arte, "mejor llámenme para enseñarles bien".